lunes, 10 de junio de 2013

México: la noticia fragmentada


Sergio Martínez Espitia.-
 
La prensa dominante en México adolece de una visión inmediatista y fragmentaria del hecho noticioso. Desde el sitio donde se origina la información hasta el resultado final de la nota del día, la noticia experimenta un proceso de degradación que la convierte solo en el ápice del contexto que la produjo.

Las referencias políticas, sociales y económicas que dieron lugar al evento informativo se diluyen en los aspectos más tangibles del mismo. 


Cierto que la nota debe responder a las preguntas básicas sobre el hecho -¿qué? ¿cómo? ¿cuándo? ¿dónde? ¿por qué?- para ofrecer a la audiencia la primera y necesaria impresión de lo ocurrido. Sin embargo, este esquema, aunque indispensable en los géneros periodísticos, alimenta el consumo trivial de la noticia al atomizar las dimensiones del suceso. 

 
A esta situación dada por la naturaleza de los estilos o, mejor dicho, por la forma en que éstos son empleados, se agrega el ritmo demencial con que actualmente se procesa la información y los intereses políticos y comerciales de los medios de comunicación.  

 
Redactar con velocidad una nota resulta más importante que el cuidado de la estructura o la inclusión de las referencias contextuales. La obligación de “rasurar” la información que compromete la imagen de un funcionario se impone al deber del periodista de comunicar con veracidad.

 
¿Cuántas veces ocurre que la nota es segada porque la hora del cierre de edición se yergue cual guillotina sobre las manos del reportero, o porque el espacio previsto para la nota es recortado por la publicidad, o porque el texto producido en la mesa de redacción es suplantado por el boletín de prensa?

 
Sin embargo, el conocimiento del contexto político, social y económico en que surge el hecho noticioso, la línea histórica en que éste se ubica junto a los sucesos que le preceden y le siguen, el acceso casi ilimitado a la información gracias a las nuevas tecnologías de la internet, y la experiencia misma del periodista en el desarrollo de estos aspectos, pueden constituir el marco de referencia que supere el proceso fragmentario de la información.

 
Conocer el entorno político en que es ofrecida cierta declaración coadyuva a determinar la importancia de la misma. Un reportero que conoce los antecedentes del funcionario y la posición de éste en las relaciones de poder puede descubrir una omisión o una tergiversación de los hechos referidos, así como el justo lugar que ocupa la declaración o el hecho en el escenario político.

  
Material de gran valía al momento de redactar la nota. La entrada o los párrafos inmediatos de ésta incluirían el asunto principal planteado por el declarante, pero con el matiz, o, si el caso lo permite, el contrapunto que revele las distorsiones y los olvidos intencionales.

 
Aquí, las nuevas tecnologías de la información juegan un papel preponderante. Si, tradicionalmente, el periodista podía recurrir a la paciente labor de consultar los archivos del periódico para definir el contexto de la nota, ahora, a través de la internet, los datos del contexto se obtienen de manera casi inmediata de fuentes cada vez más fidedignas.  

 
Pero de la experiencia del periodista y, por supuesto, de la colaboración del jefe de información, dependerá elegir el dato preciso y verificado, incluirlo en la parte más conveniente dentro de la estructura de la nota, hacerlo sin editorializar o invadir las potestades de otros géneros, y redactarlo con la suficiencia necesaria para develar el significado político y social de la información.

 
Esta tarea, además de otorgar a la noticia su preciso valor en el espectro informativo con que se encuentra vinculada, coadyuva al posicionamiento editorial del medio, da pie a profundizar en el asunto a través del empleo de otros géneros más convenientes para ello (reportaje, artículo, editorial, entrevista, etc.), y contribuye a establecer, paulatinamente, una agenda temática.         

 
Por otra parte, la posibilidad extraordinaria –de ser el caso- que tienen las plataformas digitales de integrar texto, audio, video, gráficos, comentarios del usuario, etc., en el cuerpo de un tema, permite contextualizar y enriquecer la noticia a través de diferentes medios de expresión. 

 
El empleo conjunto de estos elementos teóricos y prácticos contribuye a sumar a los aspectos inmediatos de la información las referencias contextuales que otorgan al hecho noticioso el sentido político, social o económico que le corresponde.

 
Finalmente, las nuevas tecnologías digitales, además de ser útiles instrumentos para contextualizar la información, al permitir un mayor acceso a distintas fuentes de conocimiento, ofrecen novedosas formas de difusión que –bien articuladas- pueden ofrecer al público un producto sugestivo, a través de recursos multimedia e interactivos.

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